martes, 17 de marzo de 2009

Artículo de opinión


Movimientos contra la globalización
Carlos Taibo: profesor de Ciencia Política de la UAM

El movimiento contra la globalización ha sido la única instancia capaz de marcar la agenda del Banco Mundial. Pese al esfuerzo demonizador que ha dado en identificar al movimiento con la más irracional de las violencias, los propios medios de comunicación han acabado por asumir que sus argumentos ponen el dedo en la llaga de muchas de las miserias del planeta.
El recién nacido movimiento contra la globalización es la única instancia que entre nosotros se ha mostrado capaz de marcar la agenda del Banco Mundial. Y no sólo se trata de que la amenaza de su disensión haya invitado a cancelar la reunión que este último tenía previsto celebrar en Barcelona. Tanto o mayor relieve corresponde al hecho de que -tras lo ocurrido en Seattle, en Praga y en otros lugares- algunos de los máximos responsables del Banco y del Fondo Monetario hayan entonado un mea culpa que, hoy por hoy, se ha quedado en el dolor de los pecados sin abrir el camino a un genuino propósito de la enmienda.
Pese al patético esfuerzo demonizador que ha dado en identificar el movimiento que nos ocupa con la más irracional de las violencias, los propios medios de comunicación han acabado por asumir que los argumentos esgrimidos por los antiglobalizadores ponen el dedo en la llaga de muchas de las miserias del planeta contemporáneo. A la misma conclusión parecen haber arribado, bien que a regañadientes, segmentos significativos de la izquierda institucionalizada que, deseosos de no quedar al margen de una riada que se adivina procelosa, empiezan a coquetear, frente al tono claudicante de las posiciones oficiales de partidos y sindicatos, con un discurso intelectualmente más crítico y agresivo.
Trazar un perfil de lo que al cabo son realidades muy dispares es tarea delicada, en la que resulta fácil confundir hechos y deseos. Aun así, y a manera de cautelosa aproximación, lo primero que se impone es subrayar que si los movimientos contra la globalización beben de alguna tradición, ésa es, sin duda, la libertaria. En ellos se aprecia una inclinación por la asamblea, la horizontalidad y la descentralización, acompañada de un rechazo expreso de los tributos que profesionales de la política, burócratas y santones han obligado a pagar a tantas organizaciones de inclinación emancipadora. Los movimientos se hallan más cerca de lo que pasa por ser lo marginal -okupas, insumisos, comunas rurales o radios alternativas, para entendernos- que de los cenáculos de la izquierda oficializada, tanto partidaria como sindical. Guardan también las distancias, por cierto, con respecto a otro mundo de gestación reciente, el de las organizaciones no gubernamentales, que a los ojos de muchos ha experimentado una general degradación y ha dilapidado parte del potencial de contestación que se le atribuía un decenio atrás.
Nada de lo anterior quiere decir, sin embargo, que en los movimientos hostiles a la globalización falte esa dimensión militante que tan caduca y antiestética se antoja a algunos intelectuales biempensantes. No hay en esos movimientos desprecio alguno hacia quienes se dejan la piel en el trabajo colectivo. Despuntan en ellos, eso sí, una general apuesta por la vida cotidiana -a buen seguro, algo debe a la notable presencia de mujeres-, una dimensión lúdica claramente ausente en la conducta de las fuerzas políticas al uso y un empleo sagaz de estrategias de comunicación que aspiran a erosionar los cimientos del pensamiento único que se impone por doquier.
Otro elemento descuella en el discurso que, en casi todos los lugares, postulan los movimientos antiglobalización: la conciencia de que es preciso buscar fórmulas que rompan la miseria general que ha cobrado cuerpo al amparo del reparto de papeles asumido por neoliberales y socialdemócratas vergonzantes. Nadie vuelve la vista, entretanto, hacia unos sistemas, los del socialismo irreal de otrora, que aparecen preñados de represión, jerarquías y furibundo desarrollismo, lejos del apetito de muchas gentes que, siquiera sólo sea por razones de edad, se han instalado en un universo mental distinto. En un terreno afín, los movimientos que nos ocupan iluminan una inédita síntesis entre lo que con alguna ligereza llamaremos el espíritu contestatario del mayo francés, por un lado, y la herencia más llevadera del obrerismo de antaño, por el otro. Algunas de las corrientes de este último se sienten inercialmente enganchadas en una lucha, la que tiene la globalización por objeto, en la que se emplea una lingua franca que recurre a conceptos -desempleo, precariedad, feminización de la pobreza, explotación- que en modo alguno les son ajenos. Es cierto, con todo, que en los movimientos coexisten, no sin tensiones, grupos que preconizan una reforma, por profunda que ésta sea, de las principales instituciones económicas internacionales, junto con otros que reclaman la franca disolución de éstas en provecho de horizontes más radicales.
También se revela con fortaleza el propósito, no siempre colmado, de sortear un sinfín de prejuicios etnocéntricos deudores de una lógica en la que arrasan lo cuantitativo, la competición y el beneficio. Al respecto se dan cita ideas y prácticas que proceden del Tercer Mundo -piénsese, sin ir más lejos, en el renovado eco de los discursos indigenistas-, una consideración omnipresente de la centralidad de los problemas de los países más pobres y una propuesta de resistencia global que, de cariz transnacional, engarza con la dimensión local de tantas luchas. Por detrás se halla, en paralelo, el designio de dar réplica a una cultura que, aparentemente mestiza e internacional, responde con obscenidad a las querencias de los grandes núcleos de poder, y en singular del norteamericano. Aunque a algunos esto les parezca, de nuevo, de inequívoco mal gusto, resulta inevitable que los movimientos muestren escaso cariño por la arrogancia y la agresividad que rezuma la gran potencia, Estados Unidos, que se esconde detrás de muchos flujos globalizadores.
Si es verdad que la globalización, tal y como se nos cuenta, es un proceso imparable, no habrán de faltar los estímulos para los movimientos de resistencia, algo que por sí solo otorga a éstos un porvenir nada despreciable. Y es que lo que se barrunta en muchos escenarios le confiere un inesperado vigor a las críticas radicales. Ahí está, para demostrarlo, la propia globalización, que, desmintiendo lo que reza su palabrería socializante, ni renuncia a estructurales violencias, ni aminora el caos y la pobreza, ni se apresta a cancelar la irrefrenada voracidad de los planes de ajuste. Pero están, también, el desmantelamiento progresivo de los Estados de bienestar, acompañado de una arrasadora desregulación, la incapacidad del mercado y de la vulgata desarrollista para encarar agresiones medioambientales acaso irreversibles, la farsa de un principio de ciudadanía anegado de resultas de draconianas leyes de extranjería o los efectos manipuladores de una propaganda volcada al servicio del consumismo más desaforado. Es cierto, eso sí, que, aun a sabiendas de la enjundia de las tareas, los movimientos que han servido de excusa para perfilar estas líneas tienen que adquirir un peso específico que los haga menos dependientes de las cumbres que gustan -gustaban- de celebrar el Banco Mundial y el Fondo Monetario.

España es el país de la UE que más empleo destruye

M. V. G. - Madrid - 17/03/2009

Hay crisis en toda Europa, pero los golpes se sufren más en unos países que en otros. España está en recesión, como la Unión Europea; en cambio, destruye más empleo que ningún otro país miembro. Entre octubre y diciembre, en el conjunto de la Unión desaparecieron 672.000 puestos de trabajo y 453.000 en toda la zona euro, según Eurostat; en España, 489.500.

El deterioro del mercado laboral español es tal que sus cifras sólo son superadas, en porcentaje que no en número, por Letonia. En el país báltico (cuyo Gobierno dimitió en pleno por la crisis el mes pasado), el empleo cayó un 5,4% entre octubre y diciembre respecto al mismo periodo año anterior; en España, un 3%.


Los datos conocidos ayer prueban que la ecuación crisis es igual a aumento del paro, no es un axioma. De hecho, Alemania, en recesión desde abril, creó empleo en 2008.
Dato a dato, España se sitúa en los extremos en el mercado laboral. Cuando la economía iba bien, creaba más empleo que el resto de la Unión; ahora que va mal, nadie destruye tanto empleo. Este carácter ciclotímico se debe al gran peso de la construcción y los servicios de bajo valor añadido, sectores de uso intensivo de mano de obra.

Fuente: www.elpaís.com

Paro a escala mundial

Nokia despide a 1.700 personas en el mundo
El mayor fabricante del mundo no escapa de la crisis y prevé una caída de ventas del 10%

EFE - Helsinki - 17/03/2009

La compañía finlandesa de telecomunicaciones Nokia, el mayor fabricante del mundo de móviles, ha confirmado hoy que despedirá a unos 1.700 trabajadores en todo el mundo fcon el objetivo de recortar los gastos productivos y garantizar la futura competitividad de la empresa ante la previsible caída de ventas en 2009, el primer retroceso de un mercado que ha logrado acumular once años consecutivos al alza.

Nokia, que controlaba a finales de 2008 un 40% del mercado aunque ha advertido de que se acercan tiempos difíciles, asegura en un comunicado que estos despidos forman parte de un plan de racionalización cuyo fin es "incrementar la eficacia en los costes y adaptarse a la situación del mercado".
Mientras que en enero la estimación de la empresa en materia de despidos contemplaba la eliminación de 850 puestos de trabajo, Nokia se ha visto obligada a ampliarla debido a las acciones que está llevando a cabo en sus divisiones de dispositivos y mercados, así como en su Oficina de Desarrollo Corporativo.
La mayor parte de los despidos se producirán principalmente en Finlandia, donde unas 700 personas perderán su trabajo, así como en Estados Unidos y Gran Bretaña. El fabricante finlandés ha anunciado además que pretende seguir recortando sus gastos operativos, para lo cual está examinando "todas las áreas y actividades de la compañía" ante la previsión de que sus ventas caerán un 2009 este año en línea con el retroceso del sector.
En este sentido, Nokia cerró 2008 con un descenso del 38% en sus beneficios, el primer retroceso en más de tres años por la contracción de ventas y la dura competencia de sus principales rivales -Samsung Sony y Motorota, que lograron reducir distancias gracias a la rebaja de precios-, hasta los 4.960 millones de euros.


Fuente: www.elpaís.com

---> GLOBALIZACIÓN<---

¿QUÉ ES LA GLOBALIZACIÓN?
La Real Academia de la Lengua Española define globalización como "la tendencia de los mercados y las empresas a extenderse alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales".
WIKIPEDIA, la enciclopedia libre de Internet define la globalización como "el proceso por el que la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unifica mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. Así, los modos de producción y de movimientos de capital se configuran a escala planetaria, mientras los gobiernos van perdiendo atribuciones ante lo que se ha denominado la sociedad en red."


De acuerdo a Miren Etxezarreta en el Seminario de Economía Crítica editado por Taifa en febrero de 2001, la globalización "no es más que el nombre que se le da a la etapa actual del capitalismo".
Para este autor la definición de globalización es: "La globalización es la expresión de la expansión de las fuerzas del mercado, espacialmente a nivel mundial y profundizando en el dominio de la mercancía, operando sin los obstáculos que supone la intervención pública". Esto es la globalización. No es un fenómeno completo y terminado sino que hay que contemplarla como un largo proceso inacabado en el que el capital lucha por ampliar su dominio.

El día 5 de junio de 2005 en el periódico "La Voz de Galicia" aparece un
artículo de Juan M. Vieites Baptista de Sousa, dando un significado estrictamente económico de la globalización.
Para James Petras, la globalización esta provocando que "La riqueza total de esta clase dirigente global creció de año en año un 35% hasta el tope de 3.500 millones de dólares, mientras que los niveles de ingresos para el 55% de los 6.000 millones de población más humilde del mundo disminuyeron o se estancaron." El artículo fue publicado en la revista rebelión el 28 de marzo de 2007


¿Quienes son los "globalizadores"?
Primero, hemos de aclarar que este fenómeno no es nuevo en la historia, se han producido hechos, como el descubrimiento de América, el comercio a lo largo del Mediterráneo, el tráfico de esclavos africanos o los viajes a Oriente, que ya anunciaban el advenimiento de este proceso.
En la actualidad, la gran potencia mundial EE.UU es el líder de este proceso, con su apoyo de organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), pretende acelerar este proceso.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) "La globalización es una interdependencia económica creciente del conjunto de países del mundo, provocada por el aumento del volumen y la variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al tiempo que la difusión acelerada de generalizada de tecnología". (Definición extraída del libro "Hij@ ¿Qué es la globalización? de Joaquín Estefanía, Editorial Aguilar).


El 23 de noviembre de 2005 solicitamos a la Organización Mundial del Comercio una definición de globalización ya que no pudimos encontrarla en el glosario de términos en la web de la OMC. Jean-Guy.Carrier nos contestó por correo electrónico que "la OMC no tiene ninguna definición especial para este término, aunque muchos grupos la aplican a la expansión global de las comunicaciones y el comercio mundial durante las pasadas décadas. La OMC es en este sentido un resultado de la globalización como las Naciones Unidas o el Banco Mundial, etc, que son todas manifestaciones de multilateralismo, que es la habilidad de un número creciente de países para involucrarse en decisiones que tienen un impacto en el mundo."

Kenneth Rogoff, profesor de Economía y Políticas Públicas en la Universidad de Harvard, ex-economista principal del FMI, publicó en septiembre de 2006, el artículo titulado: ¿El FMI puede prevenir una catástrofe global? donde intenta persuadir a los miembros más importantes del FMI, especialmente Estados Unidos y China, de que ayuden a disipar los riesgos planteados por los desequilibrios comerciales masivos del mundo.

Globalización Alternativa
Es muy difícil definir, quienes forman parte de este movimiento. Se trata de un grupo muy heterogéneo, a nivel individual puede abarcar desde una ama de casa, pasando por universitarios, profesores y profesionales de todo nivel, intelectuales como Noam Chomsky y Arundhati Roy, premios Nobel como José Saramago, catedráticos como Carlos Taibo, periodistas como Naomi Klein, Ignacio Ramonet o George Monbiot, ecologistas como Vandana Shiva, el subcomandante Marcos del EZLN o el agricultor francés José Bové.

Apuntaremos, una serie de colectivos que podrían participar en el movimiento por una globalización alternativa: sindicalistas, ONGs, comunistas, ecologistas, proteccionistas, anarquistas, cristianos de base, pacifistas, feministas, etc.


Miren Etxezarreta indicaba en su Seminario de Economía Crítica que "la globalización neoliberal es bien sencilla de aplicar: liberalizar el comercio y los flujos de capitales, de tal manera que se pueda comerciar con ellos sin ningún control, en todo el mundo, que nadie pueda ponerles condiciones; privatizar porque afirman decididos - claro que sin ninguna prueba - que todo lo público es poco eficiente, flexibilizar el mercado de trabajo - es decir convertir a los trabajadores en un coste variable pudiendo contratarlos a los salarios que a la empresa le parezcan adecuados y despedirlos cuando les convenga -; y finalmente, desregular, es decir, eliminar todas las regulaciones públicas de la vida económica y social para que ellos puedan establecer sus propias reglas."


Información extraída de: http://www.globalizate.org/